Los reyes salen a la guerra

Que importante es conocer los tiempos de Dios ( Kairós de Dios ), estando atentos a su voluntad y actuando en obediencia a Él, al fin de no caer en una vida pasiva, estéril, inicua, conllevando a una maldición que afecte a nuestras propias futuras generaciones.
En esta conferencia nuestro Director Fernando Sosa F., hace alusión al rey David quien en lugar de ir a la guerra con su pueblo, decidió quedarse en su casa y cometer adulterio con Betsabé una mujer casada a quien embarazó y por quién anido en su vida iniquidad repercutiendo en sus generaciones.
Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. (2 Samuel 11:1)
Pero no hay que perder de vista, que este tipo de situaciones se presentan por que tenemos como enemigo a Satanás, el cual ataca de muchas formas y maneras, especialmente con la estrategia de ofrecer los deleites de la carne en actos de iniquidad y así maldecir la tierra con su gente.
Pero Dios a través de la preciosa sangre de Jesús nos ha envestido como Reyes, dándonos autoridad sobre el diablo a fin de reprenderlo y ordenarle que se vaya y huya delante de nosotros.
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. (Colosenses 1:13-14).
para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. (2 Corintios 2:11).
Lo que tenemos que hacer es resistid al diablo, sometiéndonos y acercándonos a Dios, limipiándonos, purificándonos y humillándonos delante de Dios. Ordenándole a Satanás en el nombre de Jesús, que salga de nuestra tierra, que toda oposición que toda enfermedad sean quitadas.
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. (Santiago 4:7-10).
Dios nos quiere premiar, nos quiere bendecir, entonces anulemos el acta de decreto en nuestra contra llevándola a la Cruz; ES EL TIEMPO DE QUE LOS REYES SALGAN A LA GUERRA, declarando que somos justificados por la SANGRE DE JESUS.
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